Lo saben todo… y está más que comprobado.
Incluso nuestros pensamientos más profundos y guardados, incluso esos, también los saben.
Cuando hacemos TCI nos presentamos desnudos ante ellos y ellos deciden que somos en realidad porque lo ven todo, sin tapujos, sin fachadas, sin engaños.
Y aunque eso puede asustar, ellos no se asustan de lo que seas. Porque no existe nadie del todo bueno ni del todo malo. Solo existe una balanza que va pesando más hacia un lado o el otro, pero siempre, depende de tus actos. ¡Y así vibramos!
Nuestra vibración dependerá por tanto de varias consecuencias vitales, así como somos, así como pensamos.
Si somos buenas personas, vibramos en el amor con más facilidad.
Si somos malas personas, vibramos en el odio, en la oscuridad.
¿Qué atraeremos en cada caso?
Creo que está muy claro…
Somos lo que vibramos!
El amor es la vibración alta por excelencia. Si logramos vibrar en el amor, atraeremos vibraciones altas. Espíritus que te ayudan, que saben más, que son buenos y algunos son más que eso, son familiares.
Por eso cuando me dicen si puedo comunicarme con un ser querido, siempre digo lo mismo:
Es posible, pero no es tan fácil como encender la máquina. NO ES UN TELÉFONO.
En este caso, para hablar con alguien concreto (un familiar, por ejemplo) se hace una serie de pautas. Una serie de cambios muy relevantes para poder vibrar cada vez más alto y llegar a donde otros no llegan.
Esto es un proceso. Esto es una “búsqueda vital”. Puedes quedarte en el envoltorio de la naranja, pero nunca verás su jugo.
En cambio, si decides aprender a ver que hay más allá, posiblemente te nutras de la experiencia y acabes vibrando en el amor.
Así que esta es una de las recetas que todo el mundo me pide para hablar con sus familiares, pero por supuesto, hay más pautas, más “normas”, y ninguna de ellas, te asegura nunca conseguirlo. No hay garantías, pero sí, múltiples intentos.
En mi proceso personal cada vez vibro más en el amor. Cada vez, mejoro como persona y no soy perfecto. Tengo fallos y pensamientos negativos como los tenemos todos.
Pero el proceso está en marcha, el cambio ya ha llegado.
Por el contrario, el miedo, el odio, el desprecio, son vibraciones bajas. Si las tenemos en nuestro día a día, las comunicaciones serán con entidades más bien de baja vibración.
Eso se traduce a: insultos, amenazas, y respuestas poco aclaratorias. Además de por supuesto, no conseguir de ningún modo una comunicación con alguien específico.
El miedo no lo podemos controlar. Es un estado que va y viene en cierta medida debido a los estímulos externos, aunque los internos, ayudan a fomentarlo o a disminuirlo.
Es ese el trabajo profundo que hay que hacer contra el miedo.
No se puede quitar, pero si controlar. Y cuando lo conseguimos hacer, ellos se dan cuenta.
Y esa es una de las mayores protecciones que tenemos de manera natural.
Nuestro control es importante SIEMPRE.
En la sesión que hicimos de “Especial Halloween”, pudimos ver como trabajamos el miedo, fomentándolo para ver que entidades venían en nuestra llamada.
Y se puedo apreciar con claridad que no eran buenos, que había tensión, que no tenía ningún sentido.
Así pues, ha quedado demostrado que vibración baja atrae el bajo astral, a espíritus más bien de frecuencias baja.
Hay que vibrar alto para algo más…
En la zona de miembros en Youtube, lo explico y lo aplico para todos los que quieran iniciar su propia búsqueda.
¡Esto cambia la vida, da otra visión!
¡Si quieres más información te dejo el link AQUÍ! Juntos mezclamos la técnica de la TCI con el mundo espiritual, consiguiendo ser lo que somos en esencia.
Totalmente de acuerdo, no me canso de decir que EL AMOR ES LO ÚNICO QUE NOS LLEVAMOS A LA TUMBA.